Sigo aquí porque por lo visto es un mensaje largo y no coge todo de una vez. NPI
La frontera con Turquía estaba a 15 Km. según las señales. Ya en la distancia se divisaba el Monte Ararat (5.137 mts.), donde Noé fue a encallar con el arca… aún en el mes de junio tenía la cumbre cubierta de nieve. La foto está tomada desde el paso fronterizo. Cuando te vas aproximando a la frontera, se te tiran en masa para cambiarte el dinero. Siempre pierdes algo en el cambio, pero merece la pena para quitarte del medio el cambio que te queda de ese país. ¡Ah! y… sólo nos llevó hasta las 12 del mediodía y $50 pasar a la zona turca de la frontera. Desde luego… hay culturas que son especialistas en hacer las cosas despacio y echar tiempo… Cuando ya teníamos los papeles listos para pasar al lado turco…. Y cuando ya sientes que la paciencia está al límite… estás frente a la verja, al tío ya le dijeron que podíamos pasar… y ¡tarda exactamente 10 minutos en abrirla!
¡¡Hasta la 1:30 de la tarde no conseguimos salir de la frontera turca!! Eso y $15 de “bakshish”, propina, para el “agente”. El sistema es muy sencillo: hay un montón de chavaletes por allí y son ellos los que van de un lado a otro con los papeles y ¡claro! Luego esperan que les pagues.
En cuanto cruzas al este de Turquía, estás en plena estepa. No hay nada más que algún pueblo, muy ocasionalmente en la distancia, y el monte Ararat de telón de fondo. Es la zona kurda. Es muy parecido a algunas zonas de Azerbayán. Poco después el paisaje se torna montañoso. Es maravilloso sentir el aire limpio… y te inspira una sensación de liberación sentir que estás prácticamente solo… hay poquísimo tráfico…. Aunque muy probablemente esa zona está super vigilada hasta por satélite. Hay controles de carretera cada pocos kilómetros, pero observamos con alivio que tras comprobar el pasaporte y el visado, nos dejaban continuar el viaje sin pedirnos dinero.
Paramos a echar gasolina (TL16.000.000 – por 7 litros… unos $11,42). El cambio era 1.400.000 Liras Turcas por cada dólar. Comimos en el bar de la gasolinera por TL7.000.000 y continuamos camino. Llegamos a Erzurum (¡la civilización! En la foto) hacia las 4 de la tarde. Preguntamos por un hotel y nos dirigieron hasta uno en el que nos cobraron TL70.000.000 (unos $50), garaje, zapatillas y desayuno incluido.
Nos duchamos, lavamos ropa (ya empezábamos a oler a tigre) y montamos el tenderete en la habitación para luego salir a hacer unas fotos y cenar algo. Cambiamos dinero y llamamos a casa, la cena nos costó TL16.000.000 ($11,42) y una botella de agua TL900.000 ($0,64). Al día siguiente el desayuno fue muy agradable con buffet “a la turca”, normalmente pan, pepino, tomate, humus (pasta de garbanzos) aceitunas y queso, además de lo que se acostumbra. Salimos de Erzurum hacia las 9 de la mañana con 1.190 Km. en el cuentakilómetros.
Nos dirigimos a Şivas. Todo el viaje transcurrió entre montañas y cuando paramos a comer y repostar, pagamos por la gasolina TL16.000.000 y TL12.000.000 por la comida ($20 en total).
Ya en Şivas dormimos en el hotel Çakir… categoría “cutre”… y la moto pasó la noche en un local comercial vacío que había al lado del hotel… Hasta aquí 1.626Km. …
Hicimos colada religiosamente y salimos a cenar (las fotos que hay a continuación son de este sitio y la cena). Al volver a la habitación, Manolo se dedicó a terminar de secar los calcetines mientras yo hacía filigranas por enésima vez para hacer las maletas y que cupiese todo. Por la mañana desayunamos en un café cerca del hotel donde, a medio desayuno (5.000.000 TL), nos obsequiaron con un generoso fumigado de ambientador de melocotón (¡gratis!). ¡Ummmmm! ¡Qué rico! Y al marchar, cómo no, un buen chorro de colonia de limón en las manos (esto es costumbre en Turquía).
Comimos en una gasolinera de carretera (19.000.000TL.), pasamos Ankara y llegamos a Polatli, donde el encargado del hotel Frigia nos buscó aparcamiento para la moto y nos expresó su desconcierto y desaprobación por nuestra diferencia de edad… especialmente porque María es 4 años mayor. (Es que hay que entregar los pasaportes siempre en recepción… y son unos marujones ¡Claro!) Cenamos por 19.000.000 TL y el hotel y desayuno fueron 50.000.000TL.
Salimos de Polatli con 2.152Km y a partir de aquí ya empezó a hacer calorcito. Comimos a 200 Km. de Izmir (23.000.000 TL.) y llegamos a Çesme ese día por la tarde – sábado 3 de julio, el sexto día del viaje – con 2.734 Km. Lo primero fue localizar un hotel… que tuviese dónde guardar la moto… como veis, ¡la moto pasó la noche en la piscina!
Çesme es el típico pueblo de vacaciones con montones de hoteles pequeños con su piscina y todo… es lugar de mucho paso también, ya que es uno de los puntos de enlace hacia Grecia. El mayor problema que habíamos tenido a la hora de buscar transporte para la moto era la carencia de buenas conexiones entre Turquía y Grecia, porque como están engarrados con Chipre, no hay líneas de ferry directas,
sino que pasan todas por pequeñas islas griegas en vez de conectar directamente con Atenas. Pues bien, fuimos a sacar los billetes de Ferry tras instalarnos en el hotel. Primero tuvimos que ir a Chios (€35 por cada uno y por la moto, total €105) y de Chios a Piraeus (Atenas) fueron €21,50 por la moto y €60,40 cada uno por una cabina doble con baño.
El resto de la tarde-noche lo pasamos explorando por la zona turística. Cenamos en un chiringuito donde fuimos a dar con un alemán retirado enamorado de España que se empeñó en invitarnos a cerveza… y acabamos dándole un cursillo intensivo de ligar en español al hijo de los dueños del chiringo… un chavalete muy majo. En el hotel se portaron también… como el ferry no salía hasta las 5 de la tarde, nos dejaron la habitación hasta las 3 sin recargo (60.000.000 TL con desayuno, 10.000.000 más caras las de aire acondicionado), con lo que nos dio tiempo hasta de ira la playa por la mañana, empaparnos un poco del ambiente de la zona y comer (27.000.000TL).
Y aquí vino la desgracia del viaje… cuando estábamos detrás de una moto-caravana esperando a que abrieran la verja para pasar aduana, al lado del puesto de policía… un gilipollas da marcha atrás en una furgoneta sin matrícula y nos tira la moto que, por cierto, con todas las maletas y sobre el caballete central… y con nosotros gritándole al tío que parase… era difícil de no ver o percatarse de su presencia… Para resumir el desgraciado acontecimiento diremos que en una hora (que era lo que faltaba para que saliera el ferry) no conseguimos que el policía de turno escribiese un informe de lo sucedido para poder por lo menos tener constancia de lo que había pasado… al contrario, el tío no tenía seguro ni nada… y ¡¡fue a nosotros a los que nos tomaron datos y nos hicieron fotocopias del pasaporte y los documentos!! Increíble ¿no? Menos mal que la moto arrancaba y la maleta lateral no se cascó… ¡podemos dar fe de que son resistentes! Sólo se rompió un indicador de intermitente y el caballete lateral se torció...............................
Pues bueno, este es el fin de la 1ª parte si aún os ha quedado ganas, podéis pasar a la 2ª parte
(A ver si me da tiempo a ponerla).